Exposición

Tudo Acontece

En 1996 nadie esperaba que Soziedad Alkoholika sacase un EP de versiones, los discos con canciones de otros grupos no suelen sentar muy bien entre los fans, pero en una época preinternet, aquel Diversiones…? nos sirvió para escuchar a bandas que no sabíamos ni que existían. Pasado el tiempo cada vez que intentaba recordar los temas que se incluían en aquel disco solo recordaba uno: Periferia (1986) de Ratos de Porão, una canción que destilaba rabia y energía desde São Paulo​, con un estilo de hardcore muy acelerado que estaba comenzando a desaparecer. De vez en cuando, me daba por hablar sobre el valor que tenía este tema, ya que comencé a conocer bandas de punk que cantaban en portugués, italiano e incluso japonés, encargando discos a diferentes partes del mundo.

Años más tarde, esta anécdota le hizo mucha gracia a una amiga, le resultaba curioso que solo recordase aquella canción porque para ella era algo lógico, ya que literalmente vivíamos en la periferia. Hasta aquel momento no había sido consciente que residía en el extrarradio, y que incluso nuestras vivencias y relatos eran muy diferentes al de muchas personas. La periferia por tanto ya no era una cuestión geográfica sino un estado mental, una frontera invisible que nos separaba de otros mundos, otras realidades en las que siempre nos sentiremos como turistas. El barrio era nuestro centro y no éramos conscientes de todo lo que ocurría fuera de él.

El entender cómo se forman estos espacios, el visibilizar los lugares tan difíciles de medir o acotar no ha sido algo ajeno al mundo del arte, y en el caso de la fotografía encontramos multitud de proyectos que han tratado de capturar la representación de la decadencia de la era industrial con imágenes de fábricas abandonadas y el solar como línea de horizonte. Por otro lado, es fácil encontrar proyectos fotográficos de espacios íntimos, casas, habitaciones, objetos, etc. E incluso la captura de imágenes de personas desplazadas por conflictos bélicos, pobreza, cambio climático y un sinfín de problemáticas producto del capitalismo extremo que implica entre otras cosas, vivir en las afueras, en los márgenes.

De hecho, en los núcleos urbanos suele ser identificada la periferia, como espacio-dormitorio, donde uno solo acude después de trabajar, a su vez, en muchos casos, lugares identificados con miseria y pobreza, eliminando de un plumazo toda su complejidad y la riqueza vital de dichos espacios. En el caso del archipiélago canario este caso es más llamativo, no solo porque vivamos en una región ultraperiférica, sino que encontramos periferias dentro de periferias, donde la unidad de medida suelen ser las generadas por las islas mayores y sus capitales, estableciendo el grado de importancia de las mismas en base a su densidad población y su capacidad de generación de capital, tanto económico como simbólico.

Daniel L. Fleitas con Endémico, proyecto que comenzó en 2020 y aún continúa en proceso, ha querido resaltar varias de estas tensiones, trabajando sobre algo tan icónico en las islas como la palmera, pero exponiéndola como un cuerpo enfermo y enmarcándola dentro de un espacio solitario. Haciendo un recorrido histórico sobre cómo se construye el paisaje canario, nos recuerda la deforestación masiva de palmerales durante la conquista en el siglo XV, su recuperación para uso industrial para artesanía y obtener miel de palma, hasta nuestros días, donde la palmera se convierte en símbolo del turismo. En ocasiones, señal de abandono de ciertos espacios, en el momento que estos ya no se pueden explotar más, convierte a la palmera en una planta decorativa que muere fruto del abandono y las plagas. El trabajo de Fleitas se debe apreciar adicionalmente desde la técnica, ya que usa una cámara de placas, un dispositivo de gran tamaño que condiciona completamente el lugar, el tipo de encuadre y el momento en el que se toman las imágenes, sin olvidar el proceso de revelado y positivado que realiza él mismo.

Las imágenes de Pablo Pérez, más conocido como Navajillo, son a su vez realizadas con procesos de fotografía química, aunque en este caso se encuentran intervenidas con spray y rotulador, invitando al público a que haga lo mismo que él con sus fotografías, convirtiendo una imágen estática en un mecanismo de activación de la plaza de El Almacén. Consciente de las texturas, daños y rayados que se producen al manipular los negativos, él añade otra capa que recuerda no solo a su trabajo dentro del mundo del graffiti, sino que es una clara referencia a la búsqueda de muros donde poder pintar. El proyecto Descubriendo las fronteras de la ciudad parte de la necesidad de Pérez de encontrarse con su ciudad, Las Palmas de Gran Canaria, recorridos que realiza con su bicicleta en espacios cercanos para establecer otra mirada a lo ya conocido, otra lectura de lo que tiene más cerca, una investigación entre senderos y pistas sin asfaltar donde poco a poco va construyendo todo un imaginario desde lo aparentemente banal y monótono.

En UlysseS (2015-2021), María Abenia indaga alrededor del mito de La Odisea y su personaje protagónico Ulises, a quien describe desde su trabajo como un hombre contemporáneo a la deriva, que en vez de héroe de guerra, bien pudiera ser una persona en busca de asilo político embarcado en una patera, o un joven en busca de experiencias límite como las que le reportan las drogas alucinógenas, o un boxeador de barrio apasionado y obsesionado por fortalecer sus músculos y convertirlos en un arma arrojadiza infatigable, entre otros de los perfiles con los que la fotógrafa ha dialogado y retratado a lo largo del proceso. Un espacio-tiempo donde, según su discurso, ya no es posible orientarse ni hacia adelante ni hacia atrás, en tanto que el regreso al hogar primitivo (Ítaca) queda eclipsado por una narrativa en círculo, así como por una apuesta estética a favor de realidades distorsionadas, estancadas en lo mental, polarizadas, fragmentadas, incapaces de conectarse con el exterior, casi flotantes y poco conclusas. Ese estado de inestabilidad al que la autora se acoge –devenido de las rápidas y constantes construcciones urbanas, el capitalismo, el nihilismo, las nuevas tecnologías, la insatisfacción humana– es para su fotografía el pulso, el estímulo y la fuente de inspiración.

Tres visiones sobre la periferia que se transforman en ejercicios más allá de la documentación, no estamos ante la simple representación de espacios geográficos, sino temporales, en las que el proceso del viaje o el paseo son fundamentales, por tanto proyectos donde la acción, el movimiento, la reflexión y la experiencia son elementos que deben ser tomados en cuenta a la hora de enfrentarnos a ellos. Paisajes, edificios, gestos y personajes que cobran importancia al ser encuadrados con la cámara, pero que asimismo muestra la porosidad de un concepto en crisis, donde se filtran diferentes elementos que nos sirven de recordatorio, como decían los Ratos de Porão Tudo acontece na periferia, fotografías que son un toque de atención para pensar en las zonas donde todo pasa, ese territorio donde todo ocurre, ese lugar en el que la mayoría del tiempo, hacemos un esfuerzo para mirar hacia otro lado.

Víctor G. Moreno
@twoasterisks