Taller de retrato fotográfico con Sofía Moro
Hay algo impredecible y revelador en el ejercicio de retratar al otro. Retratar ayuda a comprender. Hacer fotografías me ha permitido acercarme a las personas y a las historias que me han interesado. Nunca hubiera entrado en la antigua cárcel de mujeres de Carabanchel si no hiciera fotos ni habría conocido a los viejos Brigadistas Internacionales, ni a las víctimas y a los vencedores de la Guerra Civil Española. Nunca hubiera tenido ocasión de conocer y escuchar a los condenados a muerte americanos milagrosamente exonerados, ni a los bravos defensores de Derechos Humanos que Amnistía Internacional me permitió fotografiar. Los retratos son documentos. Mi intención es que el valor artístico de las fotografías no eclipse la dimensión documental de las mismas. Estas han de suponer una impronta consciente del individuo en el tiempo en que fue captado y de esa manera la huella del fotógrafo quedará inevitablemente impresa en ella.